domingo, 12 de junio de 2011

¿Café, té, o un buen chocolate?

Aún recuerdo cuando era un auténtico fanático del café. Solo, y sin azúcar. Y en verano, con hielo. Las tertulias en la cafetería Europa de Sevilla, siempre acompañadas con el aroma amargo del café solo y con el sabor del pacharán -Etxeco, si era posible-, o anís -sí, ahora ni me lo planteo pero con 20 años tomaba a veces anís-, me traen recuerdos de conversaciones orientadas a intentar arreglar el mundo, o simplemente salvarlo: que si los EEUU de Bush padre no son la policía del mundo; que si la política y los políticos dan pena -que curioso, ¡como ahora!-. A veces nos quedábamos en el ámbito de nuestra ciudad, ya que parecía ser un objetivo más alcanzable a nuestras ideas: aquí hace falta un metro; habría que limitar el tráfico en el centro de la ciudad. En fin, inocentes pensamientos en la mente de unos jóvenes que comienzan con la aventura de comprender como funcionan realmente las cosas.

Un día, a principio de los 90, me regalaron una bonita caja metálica de color verde llena de té, Earl Grey en concreto. Según la etiqueta decía que estaba aromatizado con Bergamota. ¿Y eso que es?, pensé. Pues una fruta prima-hermana de las naranjas y de los limones. Abrí la tapa, aspiré el aroma que desprendían aquellas pequeñas hebras, y en ese momento un hechizo mágico hizo efecto en mí. Una primera taza caliente de aquel té, sin leche ni azúcar, y el embrujo fue tal que el café paso totalmente al olvido. Llevo desde entonces más de 20 años bebiendo té, y si es posible, siempre Earl Grey.

Recientemente ha llegado a nuestra casa la invasión Nespresso a manos de las huestes comandadas por George Clooney. Y me dije, ¿porqué no? Así que cogí un pequeño envase azul de café -vivalto-, que decía ser de intensidad media y apto para tomar como lungo o café largo, y me puse una taza. Una vez más, solo, y sin azúcar. Recuerdos de mi juventud invadieron la estancia con el aroma desprendido de esa simple taza, y desde ese momento le he dado una nueva oportunidad. Y aunque mis desayunos siguen basándose en tazones de té, algunas tardes sí que disfruto del sabor de una taza de café.

El cacao nunca ha dejado la huella de nuestros queridos productos excitantes, y reconozco que a mi la cafeína me da sueño, aunque es el complemento ideal de unos buenos churros, o incluso apropiado para tomar en algún que otro cumpleaños de niños -y siempre que no quede batido de fresa-. Hace unos pocos años en el foro de un juego llamado Ciudadelas de Achiles, gracias al que he encontrado muy buenos amigos, hicimos un concurso casero de relato-corto de exactamente 100 palabras. Uno de los temas fue el Cacao e hice dos aportaciones en estilos muy diferentes. Ciertamente, y una vez releídos, también podrían haber encajado con el café o el té.
El primero gira sobre una de mis grandes pasiones, la ciencia ficción. Y os preguntaréis, ¿como encajan el cacao, el café o el té con la ciencia ficción? Pues intenté hacerlo, aunque no sé si lo conseguí ya que algunos no lograron encontrarle el sentido. Espero que vosotros, sí.

"Las guerras se extendieron durante eones por el control del tercer planeta en aquel remoto sistema situado en uno de los brazos de la galaxia. El azul que reflejaban las masas de agua contrastaba con el rojo de las explosiones debido a la combustión del oxigeno que albergaban las naves para las almas que habitaban en ellas.
Miles de millones han perecido por la posesión de esa planta única en el universo. Afortunados fueron los antiguos habitantes de este planeta, de nombre ya olvidado, que disfrutaron de su sabor sin notar el aroma de la sangre derramada por su causa."


El segundo relato -indudablemente mejor- surgió tras ver una película llamada La fuente de la vida, protagonizada por Hugh Jackman. En ella el protagonista, un científico, tratando de encontrar una cura a la grave enfermedad de su esposa, realiza un extraño viaje que le lleva a la búsqueda de dicha fuente en la España del siglo XVI. La secuencia en la que la reina le encarga al explorador la misión de encontrar la fuente inspiró dicho relato:

"Poco quedaba para pensar. El medallón de plata regalo de la Reina colgaba del cuello bajo la coraza de acero, cerca del corazón. La imagen de su soberana, su amor imposible. Recuerdos que llegaban raudos junto con sus palabras:
-Don Fernando, dad la vida si es necesario por el éxito de la misión. Traedme el fruto amargo, manjar de dioses, para que pueda sentirme como uno de ellos.
Y allí estaba, atado a aquella columna de piedra mientras decenas de indígenas se preparaban para el sacrificio. Su sacrificio. Dar la vida si es necesario por ella. Poco quedaba por hacer."


¿Café, cacao, o té?, difícil decisión para muchos.

Me despido con el trailer de esta película que personalmente recomiendo, aunque entiendo que no es para el gusto de todos.


8 comentarios:

  1. A mí personalmente me gustó (La Fuente de la Vida).

    Y, ¿para qué elegir? Café, negro y sin azúcar y té (rojo y verde sencha).

    El chocolate me gusta más en estado sólido ;-P

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  2. Es una peli extraña, sobre todo el hilo argumental en la que el tío viaja por el espacio convertido en una especie de monje budista. Pero me gustó el sentido místico que se hace sobre la vida y la muerte en la película. En cualquier caso, creo que hay que entenderla como tres historias independientes con un mismo fin.

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  3. Sí... Es curioso, pero en la lucha contra la muerte, quien más se empecina es... Bueno, quien es (no deseo "espoilear" nada). Pero es significativo. A mí me llamó la atención la diferencia de actitud delos personajes ante la cuestión que mencionas, la de la vida y la muerte. En cualquier caso, es algo difícil de abordar y Darren Aranofsky lo hace, desde un punto de vista personal e íntimo. No digo que sea una maravilla (mi percepción es que no termina de ser redonda, aunque tendría que volver a verla), pero como mínimo es destacable.

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  4. Opino igual. La película es buena, y me gustó, aunque no comparto la idea de Aranofsky de encuadrarla en la ciencia ficción. Es un drama con tintes científicos, históricos, místicos y algo de ciencia ficción por el mero hecho de que en una de las historias el protagonista viaja en una especie de nave esférica hacia una nebulosa.

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  5. Ah, no sabía que la catalogaba en la ciencia ficción. No, yo tampoco veo que cuadre en el género por ninguna parte. Es más bien una fábula...

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  6. Vamos, vamos, Leti. Échale un vistazo al nuevo trailer de Conan-Momoa (más heavy, más violento...) y reniega conmigo de estas pasteladas edulcoradas con sacarina transgenica:

    http://www.youtube.com/watch?v=uY83VU0_Ym8

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  7. ¡AGKKO ERGUTAN ERASOK GUTOK!

    ... Que en cimmerio quiere decir, ¡lo mejor de la vida! :-P

    Pd.: De todas formas, me confieso culpable: igual que me gustan Conan, Operación Dragón, etc., también me gustan Amélie y gran parte de la filmografía de Julio Médem. Mi psiquiatra dice que no pasa nada, que es un caso leve de doble personalidad.

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  8. Todos padecemos de ese mal. Hasta incluso Josemaría! Si yo te contara... xD

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